Tengo ganas. Tengo ganas de verte sin esperarte. De girarme y ver que te acercas a mí. De que me beses e inhalar tu frío aliento. De que bromees hasta que la conversación se centre en los demás y nos quedemos tú y yo. De que me cojas de la cadera y te intereses por lo que tenga pensado hacer. Por si volveremos a vernos esa misma noche. Por si me acompañarás a casa. Y entonces nos quedemos a oscuras. Como dos ciegos, dijiste una vez.
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