Esto va por ellas. Por ser como son. Por aceptarme tal cual. Por estar ahí siempre. Por saber apoyarme. Por conocerme mejor que yo misma. Por saber decir las palabras justas en el momento oportuno. Por anteponer el devolverme la felicidad a cualquier otra cosa. Por predecir mis movimientos. Por adecuarlos a los suyos. Por esperarme en mis caídas. Por celebrar cada vez que me levanto. Por alegrarse por mí. Por no hacer nada si no estamos las tres. Por desearme siempre lo mejor. Estoy infinitamente orgullosa de tenerlas, de estar en su mundo. De haberlas encontrado. Aunque hay momentos en los que estoy convencida de que son ellas las que me encontraron a mí. Sin duda, nada sería igual sin ellas. No habría crecido tanto como persona. No habría llegado donde estoy. Por eso, por mucho que nos separe, siempre habrá algo que nos una.
09.10.10-

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