Nadie es igual a nadie. Lo que a ti te viene bien, no necesariamente le tiene que venir bien a alguien más. Puede que tú lo consideres como perfecto, pero porque se adecua a ti. A tus gustos. A tus necesidades. Por ese motivo, por muy bonita que sea una relación, por mucho que te gustaría ocupar el lugar de ella, tarde o temprano te darías cuenta de que no está hecho para ti. De que no merece la pena cambiarte por alguien más. Que en su momento llegará alguien que te haga sentir igual de especial. A su manera. Y tú no querrás nada más. Que sí, que de cara al público todo es perfecto, pero quizá por dentro se estén muriendo. Nadie mejor que ellos conocen sus propios defectos. Es por eso por lo que tendemos a buscar a alguien que los palie. A alguien que los vea como virtudes. Pequeñas manías, pequeños vicios. Por eso pequeña, por mucho tiempo que pase, por muy hondo que caigas, no desesperes. Pronto llegará el que te bese en la frente antes de quedarse dormido junto a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario