domingo, 14 de octubre de 2012

Lo que sé del olvido, lo aprendí de la luna. Lo que sé del pecado, lo tuve que buscar.

Asegúrate de tener a alguien que no te deje caer. Que te coja con brazos firmes cuando estés llegando al suelo. Que luego te pose suavemente y diga que no pasa nada. Que todo está bien. Que tienes la capacidad de volver a subir. De mantenerte ahí. De superarte a ti misma. Y una vez que la tengas, cuídala. No des por sentado que estará ahí siempre. No pretendas que te siga. Que ponga la otra mejilla una vez tras otra mientras tú no aguantas el más mínimo contratiempo. Siempre habrá personas que sepan cuánto vale aquella a quien tanto das la espalda, y cuando quieras darte cuenta, se habrá esfumado. Así que aférrate a ella. No dejes que le quepa la menor duda de que estarás ahí cuando te necesite.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Welcome to my life.