Sigo sin entender qué lleva a las personas a reventarse el corazón en cientos de pedazos, para posteriormente pisotearlos hasta que no quede nada que volver a construir. Ni el menor resquicio de que hubiese pertenecido a alguien mentalmente sano alguna vez. Quién es capaz de quererse tan poco como para anteponer fantasmas de una realidad a su propia felicidad. Quién se conforma con jugar con los reflejos desteñidos de una sonrisa que solía habitar en su día a día, y que ahora no es más que un mero garabato. Quién se esconde tras sus maltrechas costillas para evitar mostrar en lo que se ha convertido... Ni la sombra de lo que una vez fue. Pero mucho más de lo que acabará siendo llevando este ritmo de vida. Hacer golpearse a la mente contra la realidad una y otra vez hasta romperla y volver a construirla a gusto, añadiendo fragmentos que ni son reales, ni lo serán. Fingida complicidad desborda las palabras de quien sabe que estás en su juego y que eres incapaz de salir. No porque no encuentres la fuerza necesaria, sino porque te has aferrado a las cenizas de una vida sabiendo que hace ya tiempo que el cigarrillo se consumió.
lunes, 11 de marzo de 2013
domingo, 10 de marzo de 2013
Que como yo a veces sueño, nadie ha soñado contigo.
Me gustaría pasar todo mi tiempo
contigo. Suena tonto. Muy tonto. Lo sé. No creas que no pienso en ello. Pero
cada vez que hablo contigo se me olvida todo. Lo bueno. Lo malo. Lo interior y
lo exterior. Ya puedo estar odiando al mundo o a mí misma, que siempre te acabo
sonriendo embobada. Tú. Todas las cosas que dices. Cómo me haces sentir. Pasar
de dudar sobre mis sentimientos, sobre cómo sería amar a alguien, a vivirlo
cada segundo. Saber lo rápido que ha pasado todo. Lo rápido que puede seguir
pasando. Y rememorar cada momento contigo, para acabar sabiendo que desde el
primer momento me quedé corta en caricias, besos y abrazos. Que me falta tiempo
contigo. Que quisiera repetirte una y otra vez que te quiero. De verdad. Que me
encantan todas y cada una de las cosas que haces. Que cuando me miras sin decir
nada se me acelera el corazón. Que te echo de menos. Cada día.
Lo sé.
Muy tonto.
Te lo dije.
Pero es que pasar mis noches contigo suena demasiado bien...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)