domingo, 16 de diciembre de 2012

Ahora te enseño de dónde vengo y de qué tengo hecho el corazón.

Ella siempre había preferido dormir sola. Poder acaparar por completo el colchón. Enredarse en las sábanas para evitar el frío. Dar vueltas por la cama hasta que el sueño tuviese a bien rondarla. Amanecer sin prisas. Pequeños placeres hasta que él la abrazó por detrás, hundiendo el rostro en su cabello, y sintió su lenta respiración en la nuca a medida que se iba quedando dormido, tan adorable que ella no podía evitar sonreír para sí misma cuando le imaginaba. Un pequeño segundo hizo falta para que ambos se despertaran, para luego abrazarse más fuerte todavía y volver a mecerse en manos de la noche.

Desde entonces, no la importó equivocarse, cometer errores, reír, llorar, caer una y mil veces, siempre y cuando estuviera él para abrazarla por las noches.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Welcome to my life.