jueves, 8 de mayo de 2014

Por la inmensa sonrisa de tus cansados ojos.

Siempre he sido una niña tímida, que pasaba desapercibida. El miedo arrasaba todo a su paso en mí. Era incapaz de proponerme algo y acabar haciéndolo, si conllevaba relacionarme con otra gente. Pánico. Auténtico pánico. ¿A qué? A hacer el ridículo quizás. A no agradar. A que la gente me mirara. Me observara. Se riera de mí. Que no es que lo hayan hecho alguna vez, sino era más bien miedo a que pudiera ocurrir. Y así pasaron los años. Y me he perdido muchas cosas. Muchas experiencias que ya no volverán. Y aun ahora me molesto yo sola por algunos comportamientos que me salen involuntarios. No hay un solo día que no trabaje por cambiarlos. Por ser mejor persona. 

Y os voy a contar un secreto. Muy muy bajito para que no me oigan. Para que no me oiga. Y es que de dos años y medio a esta parte, trabajo para ser mejor persona para él. Porque sé que se merece a alguien que sepa controlar sus emociones cuando se siente en peligro cuando, en realidad, nunca lo ha habido. ¿Sabéis esa persona a la que en silencio admiráis por cómo es y cómo trata? Pues eso es una pequeñísima parte de lo que él es para mí. Y sólo espero poder llegar a terminar de vencer los miedos de su mano para así poderle dar todo lo mejor de mí. 

Buenas noches. El último, que apague las estrellas. 

2 comentarios:

Welcome to my life.